“Un viaje al centro de Europa, sobre la que siguen soplando gélidos vientos de guerra, mientras que los desplazamientos de tantas personas ponen en el orden del día urgentes cuestiones humanitarias», había dicho el Papa en el Regina Caeli del domingo pasado, al pedir oraciones por su peregrinación a Hungría, que concluyó este domingo 30 de abril.
30 de abril 2023.- A última hora de la tarde de este cuarto domingo de Pascua, el Papa se despidió de Hungría. Desde la Universidad Católica Péter Pázmány, donde se reunió con el mundo académico y universitario, el Pontífice se dirigió al Aeropuerto Internacional de Budapest, a 20 km de distancia, donde fue recibido en la pista por el Viceprimer Ministro y por niños que ondeaban banderas del Vaticano y de Hungría. Caminando junto a la Presidente Novak, el Santo Padre saludó al séquito local y a la delegación húngara, y fue el último en subir al avión. No hubo discursos. El vuelo A320 de ITA Airways despegó a las 18.08 horas.
El Papa visitó el país como «constructor de puentes entre los pueblos», con la mirada puesta en un presente marcado por los desafíos, pero también con la esperanza de un futuro de paz y fraternidad, paz que ha sido un tema recurrente en sus discursos. Hungría comparte frontera con Ucrania y acoge a miles de refugiados de la guerra.
En su alocución antes de rezar el Regina Caeli este domingo por la mañana, pidió a la Virgen que infunda “en los corazones de los hombres y de los responsables de las naciones el deseo de construir la paz, de dar a las jóvenes generaciones un futuro de esperanza, no de guerra; un futuro lleno de cunas, no de tumbas; un mundo de hermanos, no de muros».
«Tomar la vida en nuestras manos para ayudar al mundo a vivir en paz» fue a su vez su invitación a los cerca de 12.000 jóvenes reunidos en el Palacio de Deportes de Budapest. «El celo por la misión está anestesiado por el hecho de que vivimos en la seguridad y la comodidad, mientras que a pocos kilómetros de aquí la guerra y el sufrimiento están a la orden del día», subrayó el Pontífice que, entre los testimonios de los jóvenes, escuchó también el de Todor Levcsenko, de 17 años, de la Eparquía de Munkachevo, Ucrania.
Fue en la historia húngara, en sus personajes ilustres, en sus santos y en sus raíces cristianas donde el Pontífice buscó inspiración en sus pronunciamientos para animar al presente a esperar un futuro de paz y fraternidad entre los pueblos.
Cumplida su misión en este, el 41º Viaje Apostólico de su Pontificado, Francisco mantuvo su tradicional coloquio con los periodistas.
Poco después del despegue, Francisco envió el habitual telegrama de despedida a la Presidenta Katalin Novák, en el que expresaba su gratitud a las autoridades y ciudadanos húngaros por la «cálida acogida y generosa hospitalidad». Asegurando sus oraciones, el Papa invoca sobre la nación «las bendiciones de Dios Todopoderoso para la unidad, la fraternidad y la paz». Telegramas a los jefes de Estado de los países sobrevolados.
En el viaje de regreso el Santo Padre también envió un mensaje de buenos deseos, con la seguridad de oraciones por el bienestar de la nación, a Zortan Milanovic, presidente de Croacia, país sobrevolado en la ruta del vuelo, y un segundo al presidente italiano, Sergio Mattarella, en el que Francisco subrayaba que había encontrado «personas deseosas de construir sobre la base de los valores evangélicos la convivencia civil y la paz entre los pueblos».
El avión que despegó de Budapest en el que viajaba el Papa aterrizó en Italia a las 19.25 horas.
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Imagen: El Santo Padre Francisco se despidió de Hungría en la tarde del domingo 30 de abril (Foto: Vatican Media)