«Es un problema de humanidad». En su conversación con los periodistas en el avión que le trajo de vuelta a Roma desde Budapest, Francisco habló de acogida, de la paz que «se hace siempre abriendo las manos, nunca con cerrazón», y de una misión en curso para favorecer la tregua. Y sobre su reciente ingreso en el Hospital Gemelli dice: «No perdí el conocimiento».
30 de abril 2023.- Los esfuerzos de la Santa Sede para facilitar el regreso a casa de los niños ucranianos llevados a Rusia durante la guerra, la paz, los contactos con el Kremlin y el diálogo ecuménico, con una mención a su salud tras ser ingresado en el Gemelli la semana anterior al Domingo de Ramos. Y la restitución de los restos del Partenón a Grecia, un ejemplo para futuros gestos similares. Estos fueron los temas abordados por el Papa Francisco en el breve diálogo durante el vuelo de regreso a Roma desde Budapest.
Antal Hubai, Rtl Klub
¿Cuál es su experiencia personal de los encuentros en Hungría?
Sí, realmente tuve una experiencia en los años 60 cuando estudiaba en Chile, muchos jesuitas húngaros, debieron ir allí porque los echaron de Hungría. Luego fui muy amigo de las monjas húngaras de Maria Ward, que tenían un colegio a 20 km de Buenos Aires. Lo visitaba dos veces por mes y hacía de capellán extraordinario. Luego también con una sociedad de laicos húngaros de Buenos Aires que trabajaban en el internado húngaro, los conocí bastante bien. No entendía el idioma pero sí dos palabras, ¡goulash y tokaj! Fue una buena experiencia y me conmovió mucho el dolor de ser refugiado, no poder volver a casa y las hermanas Maria Ward que se quedaron allí escondidas en apartamentos para que el régimen no se las llevara. Luego supe más sobre todo el asunto de convencer al buen Cardenal Mindszenty para que viniera a Roma y también conocí el entusiasmo del 56 y la decepción posterior. Más o menos esto.
¿Ha cambiado su opinión desde entonces?
No ha cambiado; se ha enriquecido. En el sentido de que los húngaros que he conocido tienen una gran cultura…
¿Qué idioma hablaban?
Normalmente hablaban alemán o inglés. El húngaro no se habla fuera de Hungría. Sólo en el Paraíso, porque dicen que se tarda una eternidad en aprenderlo (risas)… Y esto no cambió, al contrario: vi el estilo que conocía.
Eliana Ruggiero, AGI
Santo Padre, usted lanzó un llamamiento para abrir – reabrir – las puertas de nuestro egoísmo a los pobres, a los migrantes, a los que no están en regla. En su encuentro con el Primer Ministro húngaro Orbán, ¿le pidió que reabriera las fronteras de la ruta de los Balcanes que ha cerrado? Luego, en los últimos días, también se reunió con el Metropolita Hilarión: ¿pueden Hilarión y el propio Orbán convertirse en canales de apertura hacia Moscú para acelerar un proceso de paz para Ucrania, o hacer posible una reunión entre usted y el Presidente Putin? Gracias.
Creo que la paz se hace siempre abriendo canales, nunca se puede hacer la paz cerrándose. Invito a todos a abrir relaciones, canales de amistad… Esto no es fácil. El mismo discurso que he hecho en general, lo he hecho con Orbán y lo he hecho un poco en todas partes. Sobre la migración: Creo que es un problema que Europa debe tomar en sus manos, porque hay cinco países que son los que más sufren: Chipre, Grecia, Malta, Italia, España, porque son los países mediterráneos y la mayoría desembarca allí. Y si Europa no se hace cargo de esto, de un reparto justo de los inmigrantes, el problema sólo será de estos países. Creo que Europa debe hacer sentir a la gente que es la Unión Europea incluso frente a esto. Hay otro problema que está relacionado con la migración, y es la tasa de natalidad. Hay países como Italia y España que no tienen … hijos. Últimamente… el año pasado hablé de esto en una reunión de familias y últimamente he visto que el gobierno y otros gobiernos también hablan de ello. La media de edad en Italia es de 46 años, en España es más alta todavía y hay pequeños pueblos desiertos. Un programa de migración, pero bien llevado con el modelo que algunos países han tenido con la migración -pienso por ejemplo en Suecia en la época de las dictaduras latinoamericanas- puede ayudar también a estos países que tienen una baja natalidad. Entonces, al final,… ¿cuál ha sido la última? Ah, sí, Hilarión: Hilarión es alguien a quien respeto mucho, y siempre hemos tenido una buena relación. Tuvo la amabilidad de venir a verme, después fue a Misa y también le vi aquí en el aeropuerto. Hilarion es una persona inteligente con la que se puede hablar, y hay que mantener estas relaciones, porque si hablamos de ecumenismo -esto me gusta, esto no me gusta…- debemos tener la mano tendida con todo el mundo, incluso recibir la mano [de ellos…]. Con el Patriarca Kirill sólo he hablado una vez desde que empezó la guerra, 40 minutos para acercarme, luego a través de Antonio, que está ahora en el lugar de Hilarión, que viene a verme: es un obispo que fue párroco en Roma y conoce bien el ambiente, y siempre a través de él estoy en conexión con Kirill. Hay un encuentro que íbamos a tener en Jerusalén en julio o junio del año pasado, pero se suspendió a causa de la guerra: habrá que hacerlo. Y luego, con los rusos tengo una buena relación con el embajador que ahora se va, embajador durante siete años en el Vaticano, es un gran hombre, un hombre comme il faut. Una persona seria, culta, muy equilibrada. La relación con los rusos es principalmente con este embajador. No sé si lo he dicho todo. ¿Eso fue todo? ¿O me he comido algo?
Si podrían de alguna manera Hilarión y también Orbán acelerar el proceso de paz en Ucrania y también hacer posible un encuentro entre usted y Putin, si pueden actuar -entre comillas- como intermediarios.
Usted se imagina que en este encuentro no sólo hablamos de Caperucita Roja, ¿no?, hablamos de todas estas cosas. Se ha hablado de esto porque a todos nos interesa el camino de la paz. Yo estoy dispuesto. Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer. Además, ahora hay una misión en marcha, pero aún no es pública. Vamos a ver cómo… Cuando sea pública la diré.
Aura María Vistas Miguel, Radio Renascença
La próxima etapa es Lisboa, ¿cómo se encuentra de salud? Nos tomó por sorpresa cuando fue al hospital, Usted dijo que se desmayó. ¿Se siente con energía para ir a la JMJ? ¿Y le gustaría un evento con un joven ucraniano y ruso como signo para las nuevas generaciones?
En primer lugar, la salud. Lo que tuve fue un fuerte malestar al final de la audiencia del miércoles, no tenía ganas de comer, me acosté un poco, no perdí el conocimiento, pero sí que había una fiebre muy alta y a las tres de la tarde el médico me llevó inmediatamente al hospital. Tuve una fuerte neumonía aguda, en la parte inferior del pulmón, gracias a Dios se lo puedo decir, hasta tal punto que el organismo, el cuerpo, respondió bien. Gracias a Dios. Esto es lo que tuve.
Sobre Lisboa: el día antes de partir hablé con Monseñor Américo (Américo Manuel Alves Aguiar, Obispo auxiliar de Lisboa y Presidente de la Fundación JMJ 2023, ndr) que vino a ver cómo están las cosas allí, yo iré, iré. Espero hacerlo, ustedes ven que no es lo mismo que hace dos años, con el bastón, ahora está mejor, de momento el viaje no se cancela. Luego está el viaje a Marsella, luego está el viaje a Mongolia, luego está el último que no recuerdo a dónde… aun el programa me mantiene en movimiento.
¿Y sobre los jóvenes de Rusia y Ucrania?
Américo tiene algo en mente, está preparando algo, me lo ha dicho. Lo está preparando bien.
Nicole Winfield, Associated Press
Santo Padre, yo quería preguntarle algo un poco diferente: hace poco hizo usted un gesto ecuménico muy fuerte, donó tres fragmentos de las esculturas del Partenón a Grecia, por parte de los Museos Vaticanos. Este gesto también ha tenido eco fuera del mundo ortodoxo, porque muchos museos de Occidente están debatiendo precisamente el retorno del periodo colonial, como un acto de justicia hacia estos pueblos. Quería preguntarle si también está disponible para otras restituciones, pienso en los pueblos y grupos indígenas de Canadá que han solicitado la devolución de objetos de las colecciones vaticanas, como parte del proceso de reparación por los daños sufridos durante el período colonial.
Pero éste es el séptimo mandamiento: si has robado, tú debes restituir. Pero, hay toda una historia, que a veces las guerras y la colonización llevan a tomar la decisión de tomar lo bueno de los demás. Este fue un gesto justo, había que hacerlo: el Partenón, dar algo. Y si mañana vienen los egipcios y piden el obelisco, ¿qué haremos? Pero ahí hay que hacer un discernimiento, en cualquier caso. Y luego la restitución de cosas indígenas está en marcha, con Canadá, al menos acordamos hacerlo. Ahora preguntaré cómo va eso. Pero la experiencia con los aborígenes en Canadá ha sido muy fructífera. Incluso en Estados Unidos los jesuitas están haciendo algo, con ese grupo de indígenas dentro de Estados Unidos. El general me lo dijo el otro día. Pero volvamos a la restitución. En la medida en que se puede restituir, que es necesario, que es un gesto, que es… mejor hacerlo. A veces no se puede, no hay posibilidad política, real, concreta. Pero en la medida en que puedas devolver, por favor, hazlo; es bueno para todos. No acostumbrarse a meter la mano en el bolsillo de los demás.
Eva Fernández, Radio COPE
El Primer Ministro ucraniano le ha pedido ayuda para traer de vuelta a los niños, llevados a la fuerza a Rusia. ¿Han pensado en ayudarlo?
Creo que sí porque la Santa Sede ha actuado como intermediaria en algunas situaciones de intercambio de prisioneros, y a través de la embajada fue bien, creo que esto también puede ir bien. Es importante, la Santa Sede está dispuesta a hacerlo porque es justo, es una cosa justa y hay que ayudar, para que esto no sea un casus belli, sino un caso humano. Es un problema de humanidad antes que un problema de un botín de guerra o de una transferencia de guerra. Todos los gestos humanos ayudan, pero los gestos de crueldad no ayudan. Debemos hacer todo lo humanamente posible.
Pienso también, quiero decirlo, en las mujeres que vienen a nuestros países: Italia, España, Polonia, Hungría, tantas mujeres que vienen con hijos y maridos, o son esposas… o están luchando en la guerra. Es verdad que ahora mismo se les está ayudando, pero no debemos perder el entusiasmo por hacerlo, porque si el entusiasmo decae, estas mujeres se quedan sin protección, con el peligro de caer en manos de los buitres que siempre están buscando estas situaciones. Tengamos cuidado de no perder esta tensión de ayuda que tenemos por los refugiados, esto concierne a todos.
VATICAN NEWS