Los alumnos piden la dimisión del decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid, Luis Enrique Otero, que esta noche ha ordenado que se cambie la cerradura de la capilla “con nocturnidad y alevosía”.
MADRID, 15 DE JULIO DE 2014.- La plataforma en defensa de la libertad religiosa MásLibres.org ha reclamado hoy al rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo, que reabra la capilla de la Facultad de Geografía e Historia que ha cerrado esta noche “con nocturnidad y alevosía”, según los alumnos.
El presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, y el portavoz de MásLibres.org, Miguel Vidal, han hecho entrega este martes de las primeras 30.000 peticiones que en menos de 24 horas se recogieron ayer lunes (a las 13 horas de hoy 35.150 firmas) dirigidas a Carrillo por su decisión de cerrar la capilla vulnerando los derechos de sus alumnos.
MasLibres.org solicita al Rectorado de la Complutense que obligue al decano, Luis Enrique Otero, a que “no desmantele y reabra la capilla” y que no continúe con este “ataque a la libertad de culto, a la libertad religiosa de los alumnos”.
En este sentido, Miguel Vidal ha asegurado que “lo que hay detrás es una campaña para desmantelar el resto de las capillas de las universidades públicas que puedan controlar”. “Como católicos, los alumnos tienen derecho a que se respeten los pactos entre la universidad y el Arzobispado de Madrid para que puedan ejercer con libertad su fe y su libertad religiosa”.
“La capilla no resta libertad, ni derecho, al contrario: los aumenta”, ya que “nadie está obligado a utilizarla” y así los firmantes de esta petición ruegan que Carrillo “tome las medidas oportunas para impedir esta violación de los derechos de los alumnos”.
¡Decano, dimisión!
Poco antes de las 8 de esta mañana han abierto las puertas de la Facultad de Geografía e Historia y el medio centenar de personas que han estado toda la noche en vela a la intemperie han accedido al recinto. Se han encontrado con que la puerta de la capilla se hallaba cerrada, como habitualmente, pero no han podido entrar porque la cerradura había sido sustituida.
El decano sólo ha permitido la entrada a la capilla al capellán, el Padre Javier Carralón. Bajo fuertes medidas de seguridad, con tres guardas jurados custodiando la entrada, éste ha accedido a comprobar que todo estaba en orden. Otero ha acompañado al sacerdote en el momento de la visita al Santísimo. Todo estaba en orden, según ha confirmado el capellán.
Los alumnos han reprochado al decano que se les está imponiendo por la fuerza el cierre, “con nocturnidad y alevosía” y le han pedido su dimisión. Le han seguido hasta su despacho al grito: «¡Dimisión, dimisión!».
A continuación, Otero ha mostrado al capellán y a los alumnos el habitáculo de apenas 10 metros cuadrados donde tiene previsto que se instale la capilla y los presentes le han reprochado que es “insuficiente” para poder prestar el servicio pastoral” y que la Secretaría de Decanato y su despacho miden varias veces más con tan solo cuatro puestos de trabajo.
El delegado de Pastoral Universitaria del Arzobispado, Feliciano Rodríguez ha llegado sobre las 10 de la mañana cuando las cerca de 70 personas congregadas a esa hora a las puertas de la capilla rezaban y cantaban. A las 13 horas ha tenido lugar una Eucaristía a las puertas de la capilla, en la que han participado decenas de personas.
La historia se repite
Miguel Vidal recuerda que en enero de 2013 “ya se desvelaron las intenciones del decanato de cerrar la capilla, o al menos trasladarla al lugar más irrelevante posible dentro de la Facultad. Sólo la presión estudiantil y social (más de 62.300 peticiones) y la denuncia pública, obligaron a Carrillo a no brindar su apoyo a Luis Enrique Otero en aquel momento para cerrar el espacio de la capilla y trasladar esta actividad a un lugar minúsculo, escondido y de difícil acceso”.
Sin embargo, el rector de la Universidad Complutense de Madrid ya anunció a las pocas horas de resultar elegido que cuando concluyera el convenio con el Arzobispado de Madrid estaría dispuesto a estudiar el cierre de las capillas, al tiempo que tachaba de “sobreactuación” la denuncia del asalto y profanación de la capilla del Campus de Somosaguas.