Las entidades eclesiales impulsoras de la campaña Si cuidas el Planeta, combates la pobreza proponen implementar nuevos tipos de energías que eviten el derroche energético y contrarresten los efectos de las ya utilizadas. «Los peores efectos del cambio climático recaerán en las próximas décadas sobre las comunidades más empobrecidas del planeta», denuncian
Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES, entidades impulsoras de la campaña Si cuidas el Planeta, combates la pobreza, piden políticas activas para revertir el cambio climático en un comunicado con motivo de la celebración este martes 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente.
«Urge aplicar políticas orientadas a reducir de manera drástica en los próximos años la emisión de dióxido de carbono y de otros gases altamente contaminantes», aseguran. «Y si bien en algunos países se han dado avances que comienzan a ser significativos y ha habido algunas inversiones en formas de producción y de transporte más eficientes, estas buenas prácticas están lejos de generalizarse».
En concreto, proponen «cambiar los combustibles fósiles por energías renovables, sustituir el transporte privado por otro público que evite las emisiones, construir viviendas y edificios ecológicos, cambiar las técnicas agrícolas intensivas por otras respetuosas con el medio, o sustituir materiales y procesos contaminantes». Se trata de implementar nuevos tipos de energías que eviten el derroche energético y contrarresten los efectos de las ya utilizadas.
Este objetivo es especialmente necesario, según precisan, «en un momento en que los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París están en precario dada la eventual retirada del mismo de algunos Gobiernos signatarios, lo que reclama la movilización global de todos los agentes sociales y de la ciudadanía de cara a la próxima celebración en Polonia de la COP24».
Impacto en las comunidades más vulnerables
En el comunicado, Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES piden además combatir el cambio climático «cuyos peores efectos recaerán en las próximas décadas sobre las comunidades más empobrecidas del planeta».
Muchas comunidades pobres, afirman las entidades impulsoras, «viven en lugares particularmente afectados por fenómenos relacionados con el calentamiento, y cuyos medios de subsistencia –agricultura, la pesca y los recursos forestales– dependen fuertemente de las reservas y ciclos naturales». Estos países son quienes menos contribuyen al cambio climático y también «quienes menos recursos tienen para adaptarse a los efectos del calentamiento».
De esta forma, cada vez más personas se ven obligadas a migrar, convirtiendo al cambio climático en uno de los responsables de los movimientos de población que existen en la actualidad. «Es especialmente trágico el aumento de migrantes que huyen de unas condiciones de miseria agravadas por la degradación ambiental, pero que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y carecen, por tanto, de protección alguna», denuncian.
Bien común y toma de conciencia
El Día Mundial del Medio Ambiente, concluyen, «es una ocasión inmejorable para recordar que el clima es un bien común que ha sido alterado en las últimas décadas debido a la gran concentración de gases contaminantes» producidos en gran medida por «la actividad humana».
Ante ello, instan a «impulsar la toma de conciencia sobre la necesidad de promover el cuidado de la Creación, y de revertir el cambio climático y la degradación ambiental a través de un cambio de actitudes personales y de políticas globales».
J. C. de A.