El profesor que operó dos veces a Francisco habló con los medios vaticanos el día en que el Pontífice fue dado de alta del Hospital Gemelli: «No tengo ninguna preocupación por su salud. El corazón y los análisis de sangre darían envidia a muchos cincuentones. Sólo espero que limite los compromisos onerosos para el abdomen’. ¿Los viajes? Cuando terminen los procesos de cicatrización podrá hacerlos mejor que cuando los había programado».
Ciudad del Vaticano, 17 de junio 2023.- Se ha quitado la bata médica por unas horas y se pasea por el Gemelli en traje y corbata. Un signo de breve relajación tras los nueve días de hospitalización del Papa, que ha sido operado dos veces en menos de tres años. La segunda, el miércoles 7 de junio, por laparotomía. Hoy que Francisco ha sido dado de alta del policlínico, mientras espera para irse de vacaciones («Todavía no, porque tengo muchos pacientes. Pero espero que pronto, porque hay que ‘curar’ también a la familia»), el cirujano Sergio Alfieri mira con satisfacción la operación y la rápida recuperación del Pontífice. Dice estar satisfecho, el profesor, con los medios vaticanos por este paciente de 86 años que se había mostrado más ‘indisciplinado’ en 2021 (‘Después de 4-5 días no veía la hora de irse a casa’) y que ahora ha aceptado la sugerencia de los médicos de una convalecencia más larga. Una convalecencia que espera que dure unas semanas más, en Santa Marta, para que el Papa pueda llevar a cabo todos sus compromisos «más fuerte». Ya es fuerte, el Papa Francisco, afirma el especialista: ‘La única sugerencia verdadera que podemos darle es que siga adelante. Tiene la cabeza de una persona de 50 años, como ya he dicho. Todos necesitamos un Papa así’.
Profesor Alfieri, el Papa Francisco ha regresado este viernes por mañana al Vaticano. ¿Cómo continuará su evolución?
El Santo Padre fue operado hace unos ocho días, por lo que le recomendamos -personalmente, pero también a todo el equipo médico que lo asistió- que continúe su convalecencia. No podemos decirle que no trabaje, porque él ya ha empezado a trabajar. Le hemos pedido, recomendado y explicado que una buena convalecencia ahora le permitirá poder ser operativo en todos los compromisos que tiene previstos a partir de julio, incluidos los viajes. Por tanto, no tiene que estar en cama, en absoluto, pero sí debe ser cuidadoso con sus esfuerzos. Al menos un mes de convalecencia para aliviar un poco sus músculos abdominales, para que puedan curarse bien, y así poder reanudar de la mejor manera todos sus compromisos.
La operación ha ido bien, como ha explicado en los últimos días. ¿Tiene algún temor para el futuro?
La operación ha ido bien. ¿Me preocupa la salud del Papa? No, en el sentido de que el Santo Padre, comparado con otros coetáneos de 86 años, tiene un corazón perfecto, tiene análisis de sangre que envidiarían muchos cincuentones porque no tiene un parámetro fuera de lugar, ni uno solo: glucemia, colesterol, glóbulos blancos… Tiene un valor de hemoglobina excelente, no tiene ningún problema. Tiene los órganos vitales, los que tenemos en cuenta en los pacientes cuando tenemos que valorar la criticidad o no, sanos. Su corazón está sano, nunca ha tenido problemas, sus riñones funcionan muy bien, sus pulmones funcionan bien. Ustedes han visto que ocasionalmente tiene ese silbido, pero recuerdan la operación ulterior que le hicieron en su juventud -la extirpación de una parte del lóbulo-, por lo que tiene menos pulmón que los demás, pero siempre ha tenido eso… Eso no es lo que preocupa. La preocupación que tengo es que tenga una buena convalecencia: que él y los que le rodean este primer mes limiten un poco sus compromisos, no en general, sino los que son gravosos por lo que podría ser la tensión en la pared abdominal.
¿Existen riesgos de recidiva?
Bueno, todas las enfermedades, sean quirúrgicas o no, pueden tener una incidencia de recidiva, y dado que ha sido operado cuatro veces de la pared abdominal, donde luego hemos intervenido para reparar el defecto, así como para solucionar el problema suboclusivo, es importante que cicatrice muy bien. Claramente es una pared que ha sido debilitada por cuatro cirugías. Así que, teóricamente, es posible, pero si se observa la convalecencia adecuada, es poco probable.
La Oficina de Prensa vaticana ha confirmado que en los próximos días se celebrarán las audiencias previstas y también el Ángelus, con excepción de la audiencia general del miércoles. También están confirmados los viajes a Lisboa y Mongolia. En su opinión, después de esta operación, ¿podrá el Papa mantener todos estos compromisos?
Si no recuerdo mal, el primer viaje a Portugal es en agosto, es decir, a unos dos meses después de la operación. Si hace una convalecencia cuidadosa, podrá hacer este viaje en mejores condiciones respecto a cuando lo había programado anteriormente, con estos dolores, estas crisis suboclusivas. Es decir, cuando terminen los procesos de cicatrización, él estará mejor. Y por eso, para mí, puede hacer los viajes absolutamente. Luego con sus colaboradores durante este mes y medio tratará de equilibrar los compromisos entre los inaplazables y los más gravosos.
El Papa volvió a trabajar ya en el hospital y visitó la planta de oncología pediátrica. Y dio las gracias a todo el personal que le atendió. Usted estuvo presente, ¿qué puede decirnos de estos encuentros?
El Papa es una persona muy reservada para las cosas que le conciernen, como hombre, pero al mismo tiempo es de una humildad increíble. Dijo «gracias» a todo el mundo. Dijo «gracias» a los médicos, a las enfermeras, al personal sanitario, a la dirección, al rector de la Universidad Católica. Él, al venir al hospital, sabe que tiene que haber toda una organización que luego hay que coordinar, pero su deseo es que el hospital no se pare y que ningún paciente se quede atrás. Y esto ha sido posible aquí, en el Policlínico Gemelli: no se ha aplazado ninguna operación, no se ha posteregardo ninguna visita ambulatoria. Ha sido posible atenderle, sin interferir con otros pacientes. Cerca del departamento del Papa Francisco en el hospital está la unidad de niños enfermos. Y él los visita cada vez que viene aquí. Le envían mensajes, dibujos, y el Papa se emociona mucho. Es como un abuelo que recibe esos dibujos de sus nietos: a él también le dan vida. Y cuando va allí es una fiesta enorme. La vez anterior bautizó a un niño. Hoy creo que ha dado instrucciones para que un niño haga la Primera Comunión.
Esta vez también recibió a una pareja, un paciente que en realidad no es un paciente, sino un colega mío al que operé hace tres años y que no está muy bien. Le pregunté al Santo Padre si podía recibirle en privado con su esposa y al final me dijo ‘gracias’, porque estoy ejerciendo mi ministerio como sacerdote».
Circuló una foto del Papa, bajo un crucifijo, hablando a una pareja con el marido en silla de ruedas…
Así es. Es un colega mío, jefe de cirugía aquí. Por razones de privacidad no revelaré su nombre. Fue una larga conversación, no sé lo que se dijeron, pero fue uno de los momentos más conmovedores de esta hospitalización, y quizá también de mi vida.
SALVATORE CERNUZIO
Imagen: El Papa Francisco con el doctor Sergio Alfieri que lo operó el 7 de junio pasado
(Foto: Vatican Media)