El protodiácono del colegio cardenalicio, que será el encargado de anunciar al nuevo Papa, ha celebrado el último día de los novendiales, donde ha recordado el esfuerzo que Francisco hizo «hasta el extremo de sus fuerzas».
5 de mayo 2025.- La basílica de San Pedro ha acogido este domingo la última Misa de los novendiales, el periodo de nueve días de luto en memoria del Papa Francisco. Cada día un cardenal distinto ha celebrado la Eucaristía, en cuyas homilías se han recordado cantidad de momentos del Pontífice que ya son historia de la Iglesia.

La última celebración ha sido presidida por el cardenal francés Dominique Mamberti, quien ha rememorado el esfuerzo que el Santo Padre hizo «hasta el extremo de sus fuerzas» en sus últimos días. Concretamente, ha aludido al momento en el que recorrió la plaza de San Pedro y, posteriormente, se asomó a la logia de San Pedro para la bendición urbi et orbi el Domingo de Resurrección.
«Yo estaba a su lado el día de Pascua, testigo de su sufrimiento pero, sobre todo, de su valentía y su determinación para servir al pueblo de Dios hasta el final», ha manifestado el cardenal Mamberti, quien también ha subrayado el hecho de que Francisco pusiera en su sitio a los poderosos al advertirles «que se debe obedecer a Dios antes que a los hombres».
La homilía ha concluido evocando la devoción mariana del Pontífice, en especial sus 126 visitas a la Salus Populi Romani en la basílica Papal de Santa María la Mayor. «Y ahora que descansa junto a su amada Imagen, lo encomendamos con gratitud y confianza a la intercesión de la Madre del Señor y Madre nuestra».
El purpurado francés es también protodiácono del colegio cardenalicio y, por lo tanto, será el encargado de proclamar al mundo la elección de un nuevo Pontífice tras el cónclave con la tradicional fórmula en latín «habemus papam» (Tenemos papa).
Terminadas los novendiales, la Iglesia se encamina ya al cónclave, que comenzará el próximo 7 de mayo. Entonces, 133 cardenales electores se encerrarán en la capilla Sixtina para elegir al sucesor de san Pedro número 267.
JOSÉ CALDERERO DE ALDECOA
Alfa y Omega