Luis Pineda. Presidente de Ausbanc

El pleno de la Sala 1ª del Tribunal Supremo, celebrado el pasado 20 de marzo, decidió declarar abusivas las cláusulas suelo incluidas en los contratos de préstamo con garantía hipotecaria de BBVA, Cajamar y Caixa Galicia, reclamadas por Ausbanc en el ejercicio de una acción colectiva.

Ese mismo día se dictó una nota de prensa por parte de la Oficina de Comunicación del Alto Tribunal.
La explosión de alegría de los millones de afectados por esta cláusula que se veían beneficiados de manera sustancial era proporcional a la desolación que se adueñaba de los tres bancos afectados por esta derrota histórica. Hay que recordar que Francisco González, presidente de BBVA, había manipulado a sus accionistas, en la Junta celebrada días antes en Bilbao, declarando la legalidad de sus cláusulas.

Por esta razón, los fondos de reptiles de algunas entidades financieras se abrieron con generosidad para conseguir titulares en alguna prensa en los que se calificaba a la sentencia como “papel mojado”, “un brindis al sol”, “una mera victoria moral”. Y los empleados de los bancos afectados respondían a los clientes beneficiados por la sentencia que “había que esperar a recibir el texto completo”.

El día 9 de mayo se recibió la sentencia completa que consagra este hito histórico en el movimiento de los consumidores, no sólo en España sino en todo el mundo. Y, por supuesto, los fondos de algunas entidades financieras han tratado de cambiar el signo de la misma, aunque con muchos menos argumentos, de manera que ya muchos periodistas han informado de manera independiente y honesta a sus lectores o audiencias.

La sentencia ya no permite el grado de manipulación e incertidumbre a que se prestaba la interpretación del folio emitido por la Oficina de Comunicación del Supremo el pasado 20 de marzo.

Esta histórica resolución judicial deja muy claro que las entidades demandadas han sido expresamente condenadas a eliminar la cláusula suelo de todos sus préstamos hipotecarios de manera inmediata.

Esto implica que desde el pasado mes de mayo, estas tres entidades van a aplicar de manera estricta el precio establecido en la escritura, sin tener en cuenta la anulada cláusula suelo y, por tanto, se va a producir desde ya un sustancial descenso en las cuotas hipotecarias a pagar en mayo de 2013 por parte de los clientes afectados de estas tres entidades.

El Tribunal Supremo deja expedito el camino para la recuperación de las cantidades pagadas de más en el pasado mediante el ejercicio de una demanda individual por todos aquellos afectados que deseen interponer acciones judiciales para ello.

De otro lado, aunque la sentencia sólo se aplica a las tres entidades citadas, dado que ha sido dictada por unanimidad de todos los miembros de la Sala 1ª, reunida en pleno, su contenido ha generado una doctrina jurisprudencial aplicable a procedimientos análogos, de tal manera que allana decisivamente el ejercicio de acciones individuales contra el resto de entidades que hayan incluido cláusulas suelo en sus escrituras de préstamo.
Y en estas demandas podrá solicitarse tanto la declaración de nulidad de las cláusulas como la devolución de las cantidades pagadas por su aplicación.

La sentencia del Supremo ya tiene su lugar de honor en la historia judicial de este país. Es un triunfo sin precedentes de los consumidores, gracias al empuje y los conocimientos de un grupo de letrados de una asociación, Ausbanc, que lleva 27 años en esta lucha jurídica. Por eso, no es una improvisación, sino una culminación del trabajo de muchos abogados trabajando a tiempo completo en la defensa de los derechos e intereses de los usuarios y consumidores. Y ahora toca que los millones de afectados se muevan para beneficiarse individual y económicamente. Que nadie se quede quieto. Se trata del dinero de los clientes y éstos tienen que recuperarlo.

Por Justicia.