Lo peor de la derecha democrática española (de la otra ni escribo) es que está abonada en la praxis cuando gobierna al viejo y acreditado axioma «quienes desembarcan en Normandía no desfilan por el arco de Triunfo en París».
Esto ha sido así durante el medio siglo de existencia del Partido Popular y continúa siendo en aquellos lugares donde manda y, por ende, tiene medios públicos bajo su égida. Nada que ver con lo que hace la izquierda cuando accede al poder, pongamos que hablo de RTVE, donde el discurso es monotemático y monocorde a favor de ellos mismos.
¿Han visto los últimos programas de Telemadrid, sin ir más lejos? Acuden como «creadores(as) de opinión» (sic) gentes de ultraizquierda que han demostrado y demuestran su odio por Ayuso, sin ir más lejos y por todo lo que representa el centro derecha liberal español. ¿Que ello es la gran diferencia a favor de la derecha en cuestiones de libertad frente a una izquierda sectaria y del siglo pasado? Pudiera ser; lo es, sin duda, pero ese ejercicio es poco efectivo desde el punto de vista de la permanencia en el poder. Y, además, poner pies en polvorosa a otros profesionales que sí han desembarcado en Normandía.
Por eso digo que la lideresa Ayuso debe tener mucho cuidado porque a su izquierda no radical se está preparando una nueva formación electoral que intenta recoger las pavesas del extinto Ciudadanos. Algunos profesionales de la información hay entre ellos.
Lo peor que existe en la vida, mucho más en política, es creerse que es de verdad y que las mayorías electorales son para siempre.
Ayuso tiene a su derecha a un irredento Vox; a su lado tuvo a liberales traidores que pueden volver una vez purgados los taimados, y enfrente a una izquierda global y unida por su odio a la inquilina de la Puerta del Sol.
Nada es para siempre, presidenta. Nada ni nadie, por mucho que te bailen el agua (mientras detentes el poder). Cabalgan sobre arenas movedizas.
GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 16.3.2025
