Ahí tienen a la señora Beatriz Corredor, un icono andante zapaterista/sanchista en estado puro (hacer lo que dice, no practicar lo que predica), huida y escurridiza que en buena lógica democrática debe instalarse en el averno de la dimisión, aunque se quede sin coche oficial y sin los 600.000 euros del ala.

La sectaria y acaudalada socialista que tiene por oficio el Registro de la Propiedad resiste al oprobio general que produce su nefasta gestión, incluso, a la descalificación entre sus pares militantes del PSOE, aunque permanezcan callados a la espera de que el pulgar del jefe de fila indique señale hacia abajo.
Exigen dimisiones en la acera de enfrente, algunas con razón y razones, pero se muestran incapaces de aplicarse el cuento cuando la realidad les señalan ad hominem. A la indecencia de una gestión inexportable se une el enrocamiento antidemocrático como si la señora Corredor necesitara el dinero que sumar a un patrimonio personal impresionante. ¿Acaso estos procederes son inherentes a la militancia en la izquierda?
La dimisión redime en parte las fallas en la gestión política. Porque su presidencia en REE es un cargo nítido y netamente político. Consiguió el cargo gracias al dedo de Sánchez, siempre apoyada y sostenida por otro enorme estadista, Rodríguez Zapatero.
Junto al presidente del Gobierno, Beatriz Corredor pasará a las páginas del libro negro de la reciente historia de un país que nunca pudo pensar que en España ocurría lo que ha ocurrido.
¡Vivir para ver!

GRACIANO PALOMO
Publicado en OKdiario el 11.5.2025