Llamamiento al Ángelus por los dos países africanos. Francisco se une a la oración por la paz de los obispos congoleños deseando «un diálogo sincero y constructivo», mientras pide un compromiso en Nigeria para frenar «en la medida de lo posible» el aumento de los secuestros. Del Pontífice, cercanía a Mongolia golpeada por una ola de frío extremo, «signo de la crisis climática»: «Hagan elecciones sabias y valientes para contribuir al cuidado de la creación».
Ciudad del Vaticano, 25 de febrero 2024.- Con una mirada impregnada de angustia, el Papa Francisco se dirige a África, donde aumenta la violencia en la República Democrática del Congo y crece el número de secuestrados en Nigeria. Al final del Ángelus, el Papa menciona los dos países, haciendo llamamientos al diálogo y a la paz.
Sigo con preocupación el aumento de la violencia en la parte oriental de la República Democrática del Congo. Me uno al llamamiento de los obispos a rezar por la paz, esperando el fin de los enfrentamientos y la búsqueda de un diálogo sincero y constructivo.
Personas que huyen
Ayer por la mañana, 24 de febrero, en la catedral de Notre Dame du Congo, en Kinshasa, el cardenal arzobispo Fridolin Ambongo celebró una misa para invocar la paz en el país, al final de la cual recitó la «oración por la paz». Esta es la oración que los obispos de la Conferencia Episcopal Nacional (Cenco) han sugerido que se rece al final de cada celebración eucarística a partir del domingo 18 de febrero de 2024.
El país está siendo testigo de intensos combates entre el ejército congoleño y el grupo armado M23. La ciudad de Sake es uno de los epicentros, golpeada en las últimas semanas por bombas que han causado muertos y heridos y obligado a la población a desplazarse para buscar refugio en otros lugares, sobre todo en Goma, al este del país.Pero la violencia continúa también en Kiwu Norte, obligando a huir a más de 133.000 personas, según un informe de Oxfam que denuncia condiciones inimaginables para los refugiados, sin un solo retrete disponible ni agua potable, con riesgo de cólera y desnutrición para los niños.Frenar los secuestros
Una verdadera tragedia, como la de Nigeria, donde, dijo el Papa desde la ventana del Palacio Apostólico, «los secuestros, cada vez más frecuentes, causan preocupación.Expreso mi cercanía en la oración al pueblo nigeriano, esperando que se hagan esfuerzos para frenar en lo posible la difusión de estos episodios».
El llamamiento del Dicasterio para la Evangelización
El fenómeno de los secuestros en el país africano ha experimentado un aumento espectacular en los últimos meses.Desde mayo de 2023 y el comienzo del mandato del presidente Bola Ahmed Tinubu, la consultora de gestión de riesgos SBM Intelligence ha registrado el secuestro de 3.964 personas. Se trata de secuestros masivos, como el de la capital federal, Abuja, donde el 11 de enero fueron secuestradas más de 10 personas, entre ellas una niña de 13 años que fue asesinada por no pagar el rescate, o de secuestros individuales o incluso familiares, como el de Mansoor Al-Kadriyar, que fue secuestrado junto con seis de sus hijas y posteriormente liberado para pagar 50 millones de nairas (35.336 dólares) por la liberación de las niñas. Una de ellas fue asesinada por no haber pagado la suma solicitada.El Dicasterio para la Evangelización intervino en la emergencia, a través de una carta firmada por el cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto de la Sección para la Primera Evangelización, y el secretario nigeriano monseñor Fortunatus Nwachukwu, en una carta dirigida al presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria. «Nada puede justificar el crimen del secuestro.
La violencia física y la tortura mental socavan los pilares de la armonía civil y social», se lee en la misiva, publicada por la Agencia Fides, en la que se pide al gobierno de Nigeria que «actúe con rapidez para hacer frente a esta amenaza y poner fin a la crisis en curso» y que «tome medidas para proteger vidas y bienes».
Frío intenso en Mongolia
De África a Asia, las condolencias del Papa se dirigen a Mongolia, país centroasiático que el Pontífice visitó en septiembre de 2023 y que vive ahora un invierno especialmente crudo, con las mayores nevadas registradas desde 1975.El gobierno de Ulán Bator informó de muertes y la pérdida de más de 660.000 cabezas de ganado debido al intenso frío y las tormentas de nieve.»También yo estoy cerca de la población de Mongolia, golpeada por una ola de frío intenso, que está causando graves consecuencias humanitarias», afirma el Papa, subrayando que «también este fenómeno extremo es un signo del cambio climático y de sus efectos». De ahí otro llamamiento a no olvidar nuestra casa común.
La crisis climática es un problema social global, que afecta profundamente a la vida de muchos hermanos y hermanas, especialmente a los más vulnerables: recemos para que se tomen decisiones sabias y valientes que contribuyan al cuidado de la creación.
SALVATORE CERNUZIO
Vatican News
Imagen: Manifestaciones violentas en Nigeria.
(Foto: AFP)
