La presidenta madrileña ha mantenido una reunión en Bruselas con el embajador representante permanente de España ante la UE.
La presidenta ha puesto como contrapeso a la región de Madrid y ha señalado su capacidad de celebrar grandes acontecimientos por ser “flexible y segura”.
El proyecto de los europeos en las últimas décadas es el que “nos ha permitido convivir en paz, con prosperidad y seguridad”, ha sostenido.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha alertado del peligro que suponen los nacionalismos, ha advertido de que las comunidades autónomas no pueden gestionar “regionalismo sino patriotismo” y ha apelado a la unidad entre todas las naciones para buscar un proyecto común europeo.
Díaz Ayuso ha mantenido en Bruselas una reunión con el embajador representante permanente de España ante la UE, Pablo García Berdoy, con el que ha hablado de “un problema que tenemos en España y por toda Europa, el de la fragmentación”. “Siempre he defendido que no hay un proyecto de personas que haya funcionado mejor dividiéndonos. Es uno de los principales problemas que está asolando a Europa y si no somos capaces de solventarlo no vamos a poder defendernos como proyecto”, ha sostenido.
Para la dirigente del Gobierno regional, “es el mejor proyecto político que nos hemos dado los europeos en las últimas décadas el que nos ha permitido convivir en paz, con prosperidad y seguridad”. Sin embargo, ha reconocido que “tenemos que modernizarnos, abrir la política a los países vecinos y combatir el mayor de los cánceres que es el nacionalismo, el que ha provocado las peores divisiones en el siglo XX y las peores guerras y que se está haciendo cada vez más fuerte en otros países y en España”.
Díaz Ayuso ha indicado que se está viendo en muchas comunidades autónomas, que se están “secando”. “La división política está llegando a la cocina de las familias, hay división entre hermanos y vecinos, se está empobreciendo y expulsando a la iniciativa privada”, ha considerado la presidenta de la Comunidad de Madrid, que ha acusado a políticas “irresponsables” de crear “un sentimiento regional donde no lo había“, y llevar “a una división profunda supremacista”.
“El nacionalismo que está por toda Europa haciendo tanto daño está impregnando cada vez más en la política española y vengo a alertar de que las comunidades no podemos gestionar regionalismo sino patriotismo y unidad entre todas las naciones para buscar un proyecto común europeo, el que nos hemos dado en las últimas décadas, el que nos ha traído igualdad, libertad y prosperidad para todos los ciudadanos”, ha defendido.
Madrid como contrapeso al regionalismo
Díaz Ayuso ha indicado que “como contrapeso a lo que se está avecinando en España, está el Gobierno de la Comunidad de Madrid, un gobierno que, sobre todo, va a defender la libertad y la igualdad de los ciudadanos, la defensa de la colaboración público-privado y la libertad de los ciudadanos para elegir el modelo educativo, sanitario, a qué hora comprar, qué consumir y qué negocios quiere emprender”.
Esta situación, ha dicho la presidenta, permite vivir en libertad y “sin sentimiento regionalista de referencia”. “Los madrileños somos españoles en Madrid, nace de esa libertad ciudadana y del sentimiento de unión de España, una de las naciones más antiguas y potentes del mundo pero que necesita mensajes de unidad y cohesión”, ha añadido.
Esa imagen no solo se ve en empresas o ciudadanos que vienen a Madrid a trabajar sino que pone a prueba a la Comunidad, ha explicado Díaz Ayuso, quien ha puesto como ejemplo la celebración de la Copa Libertadores, la reciente Copa Davis o la actual Cumbre del Clima, que estará en la capital hasta el próximo 13 de diciembre.
“Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid hemos sido capaces de organizar, dar seguridad y coordinación a un evento de magnitud en tan poco tiempo. Demuestra nuestra forma de trabajar flexible, segura, solidaria y diversa, que permite que grandes eventos puedan venir”, ha señalado Díaz Ayuso, que ha insistido en un llamamiento a todos los políticos europeos para apelar a la unidad.
